HUARAL: El secreto de un buen chicharrón “El chancho tiene que ser cocido en su propia manteca, para que el gustito sea mucho más suculento”, comparte uno de sus secretitos, Aurelia Javier, mientras poderosas porciones de chicharrones desfilan por todos los rincones de su negocio compartido. “Con mi esposo, Manuel López, nos iniciamos como ambulantes hace más de 20 años”, viaja en el tiempo e hincha el pecho de orgullo al mostrar su reino del sabor: la chicharronería Lupita. Y es que para Aurelia, la humildad es –también– un ingrediente secreto que les permitió crecer. “No nos avergonzamos. Así fue. Así seguimos avanzando para brindar un servicio de calidad al cliente”. Ella no miente. Tiene razón. En su negocio ya no entra ni un alfiler y eso que es un día normal. ¿Cómo serán los fines de semana? “El movimiento es increíble. Nos faltan manos. Pero aun así, sabemos mantener la calma. Será porque todo lo hacemos con mucho cariño”, responde y se in...