Efectivamente, los niños sí se estresan y esto se aprecia a diario en la consulta clínica. Los pequeños de la casa pueden manifestar su estrés a través de trastornos emocionales o enfermedades físicas. Recordemos que todo aquello que el alma calla el cuerpo lo expresa. Asimismo los niños expresan el estrés a través de algunos síntomas como: el sudor en las palmas de las manos, llorar sin motivo aparente, arrancarse las uñas o los pelos, enuresis, e insomnio. En algunas ocasiones ya se aprecian los trastornos del estado del ánimo como la depresión, la ansiedad, y la angustia. Cuando los niños se encuentran atravesando episodios de estrés elevan su tensión emocional. Por ejemplo, el niño se paraliza de miedo frente a situaciones nuevas o que le generan presión como pueden ser: las visitas al dentista, etc. Los niños que se encuentran estresados pueden reaccionar de diferente forma dependiendo de su edad y el tipo de instigación al que se encuentran sometidos. Los niños meno...